A DÓNDE VAMOS?

Pampa del Indio se encuentra a 220 km de Resistencia, capital de la provincia de Chaco. Ahí vive en condiciones de extrema precariedad la comunidad de originarios Qom (etnia toba), en su mayoría campesinos pobres. En Pampa del Indio la mayoría no tiene tierras propias. Unos pocos llegan a tener unas 25 hectáreas donde habitan hasta 7 familias encimadas. Las casas son de barro o ladrillo, con techos y pisos de tierra y letrinas. No hay agua corriente, las familias tienen que caminar 4 o 5 km para ir al aljibe de la escuela o al molino. La desnutrición, el Mal del Chagas y la tuberculosis siguen golpeando duramente. Cada año miles de campesinos pobres son forzados a irse del campo a las villas y asentamientos de las grandes ciudades por falta de tierras, por la desocupación y el hambre que crecen, que junto con los despidos y suspensiones en las fábricas y los bajos presupuestos para salud y educación, son parte de una política que descarga la crisis sobre las espaldas del pueblo. La provincia del Chaco es la más pobre de la Argentina, gobernada por Jorge Capitanich, alineado con el kirchnerismo. Contrastando con la falta de tierras de los quom, al otro lado del alambrado Eduardo Eurnekian, empresario-terrateniente del núcleo de amigos de los K, tiene en la provincia 47.000 hectáreas de tierras y 6 áreas petroleras. Esta historia no es de ahora: son 500 años de explotación, hambre, despojo, “la discriminación y el dolor de ser los más pobres entre los pobres del campo” como ellos dicen. Los pueblos originarios desde hace siglos sufren las políticas de exclusión, despojo, invisibilización y opresión. Chaco fue el destino de otra de las “Conquistas del Desierto” de los tiempos de Roca, encabezada por Benjamín Victorica. Y las clases dominantes han hecho todo lo posible por borrarlos de la historia, por quitarles su identidad como pueblos y naciones originarias, negando su lugar fundamental en la conformación de nuestro país.